artículos / Escritura

Un buen inicio

Tiempo, espacio y acción dramática

 

Este jueves nos adentramos en el mundo de la asesoría literaria. Hoy concretamente vamos a hablar de cómo crear un buen inicio en un cuento o novela.

Empecemos por el inicio, nunca mejor dicho, plantearos por un momento qué es lo que más os llama la atención cuando elegís un libro: podéis pensar en la portada, en el color de las cubiertas o en el título, pero si al coger el libro y lo abrís por el primer capítulo y leéis el primer párrafo o, inclusive, la primera línea si esta ya no os atrae seguramente no le dais la oportunidad y ni siquiera llegáis a leer ni 10 páginas, llegando así a abandonar ese libro en las estanterías. ¿Con cuántos libros, inconscientemente, os ha pasado eso? ¿Cuántas veces os habéis preguntado si vosotros empezaríais una novela/relato de dicha manera?

Cuando reflexionamos acerca del inicio de un relato, para que este nos parezca atractivo debe tener un grado de persuasión elevado. No obstante, ¿Cómo obtenemos ese grado de persuasión?, esto viene transmitido por diferentes elementos: el tono de la narración, el grado de visibilidad del texto, la relevancia de la información, la intensidad de la acción, entre otros elementos. Elijamos, por ejemplo, el inicio de La Cenicienta de Charles Perrault:

Había una vez un gentilhombre que se casó en segundas nupcias con una mujer, la más altanera y orgullosa que jamás se haya visto. Tenía dos hijas por el estilo y que se le parecían en todo. El marido, por su lado, tenía una hija, pero de una dulzura y bondad sin par; lo había heredado de su madre que era la mejor persona del mundo.

¿Qué podemos ver aquí?

 

Para empezar, el escritor nos sitúa en un espacio, una acción dramática concreta y un tiempo, un aquí y ahora. Vemos cómo nos enfrentamos a un cuento formado por una familia de segundas nupcias donde una mujer tiene dos hijas y el hombre, en cambio, tiene solamente una hija con su antigua mujer. Pero, además de ponernos en contexto, nos ofrece un detalle fundamental y es el núcleo sobre el que girará la obra, el carácter de las niñas y como estas son tan distintas. Sí préstamos atención al tono de la narración vemos que ya desde el principio usando la fórmula popular de los cuentos Había una vez…podemos deducir que se trata de un cuento infantil o clásico. Prestando atención a la fórmula ese pretérito imperfecto en pasado ya nos indica que tiempo y tono van a utilizar la narración que nos enfrentamos. Ya nos sitúa el texto, por tanto, tenemos un elemento que nos ancla a este.

Sin embargo, si hay algo fundamental en un inicio del texto es que el ritmo nunca debe ser lento, es decir, tú puedes empezar un texto de manera dinámica o de manera pausada. Una manera dinámica sería viendo como los personajes se van moviendo sin para; mientras que de manera más tranquila los personajes no tendrán tanta acción durante las primeras líneas, pero si veremos por ejemplo como son descritos o el entorno en el que se encuentra, pero jamás de forma lenta; si el resultado da un inicio lento conseguiremos que los lectores abandonen el relato. A este ritmo interno que consigue que los personajes actúen y avancen es sus propósitos es lo que anteriormente hemos llamado acción dramática.

 

GRADO DE VISIBILIDAD

 

Antes de ir finalizando vamos a hablar del grado de visibilidad. Os preguntaréis que es esto, pues sencillamente, es esencial proporcionarle algunos datos al lector para que este se pueda imaginar lo que está leyendo; en el caso del texto que os he mostrado los únicos datos que se nos ofrecen son los caracteres de las hermanas, pero no sabemos dónde se sitúa la acción. Muchas veces no es relevante, sin embargo, siempre será importante que el lector pueda cerrar los ojos y visualizar lo que está viendo, con ello obtendremos ese grado de visibilidad esencial para que los lectores puedan llegar a imaginarse que se está leyendo. Se debe tener en cuenta que los datos que se aporten no deben de ser escasos, no obstante, tampoco excesivos, en muchas ocasiones recurrir a colores, olores o sensaciones es lo más fácil. Veamos un ejemplo inventado:

María se despertó agitada ese día, como cada 28 de marzo desde hacía dos años le sucedía lo mismo, acarició su manta blanca suave para infundirse tranquilidad y se levantó de la cama. Se dirigió a la cocina arrastrando los pies en busca de su taza roja de la suerte para ponerse un té relajante antes de ducharse e irse a trabajar; pero para su mala suerte la taza estaba en el lavavajillas, suspiró y decidió maldecirse por no acordarse de lavarla el día anterior. Parecía que hoy nada saldría como debía.

Hagamos un recopilatorio mediante unas tres preguntas, cuando empezamos una novela o relato pregúntate si respondes a estas tres preguntas:

  • ¿El lector se siente atrapado en el inicio? ¿Se le generan esas expectativas?
  • ¿Establece el ancla, es decir, se nos muestra el tiempo, el espacio y la acción narrativa (coordenadas de la acción)?
  • ¿Se le proporcionan datos claros para poder visualizar los espacios y ambientes donde trascurren?

¿Os animáis a compartir vuestros inicios de relatos? Os leo en comentarios.

Una lectora singular

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos.Más información
Privacidad