reseñas

El tiempo entre costuras de María Dueñas.

Y descubrí también, con la más inmensa desazón, que en cualquier momento y sin causa aparente, todo aquello que creemos estable puede desajustarse, desviarse, torcer su rumbo y empezar a cambiar.
Capítulo 5.

María Dueñas (1964) es una de las autoras más conocidas a nivel internacional del panorama literario español. Concretamente, saltó a la fama con la novela que hoy nos trae aquí: El tiempo entre costura (2009). Después de esta novela ha escrito cuarto más: Misión Olvido (2012), La Templanza (2015), Las hijas del Capitán (2018) y, finalmente, Sira (2021) la continuación de su primera novela.

Os estaréis preguntando por qué después de tantos años he decidido leer este libro. Primero comentar que vi la serie que se realizó por parte del Grupo ATRESMEDIA cuando salió; sin embargo, en aquel momento la serie me pareció espectacular, pero no quise darle la oportunidad al libro, a pesar de las buenas críticas que había recibido.  Años más tarde, localice en un mercadillo donde se vendían libros de segunda mano La Templanza, lo intenté, no obstante, no me gustó nada la forma de escribir que tenía la autora en ese libro (debería darle una segunda oportunidad). Y llegamos al año 2021, donde la autora ha sacado la continuación de El tiempo… y, un familiar me regaló Sira para Sant Jordi; pero aun así postergué la lectura, ahora bien, si una cosa esta clara es que para leer la segunda parte tenía que leer la primera y aquí nos encontramos a día de hoy.

¿De qué va exactamente El tiempo entre costuras?

Una modista madrileña enseña desde bien pequeña a su hija a continuar cosiendo, Sira. Pero, la vida de Sira no es la que soñó su madre; amor, traición, abandono o conspiraciones políticas son lo que envuelve este libro. ¿Qué sucede para que una joven madrileña abandone la ciudad meses antes de que estallé la Guerra Civil? O, ¿qué lleva a la joven a volver a Madrid pasados los años?

Planeta nos da una sinopsis más amplia:

Sola y acuciada por deudas ajenas, Sira se traslada a Tetuán, la capital del Protectorado español en Marruecos. Con argucias inconfesables y ayudada por amistades de reputación dudosa, forja una nueva identidad y logra poner en marcha un selecto atelier en el que atiende a clientas de orígenes remotos y presentes insospechados.

¿Qué me ha gustado?

Uno de los principales atractivos del libro es la ambientación histórica que tiene. Ya en las primeras páginas se puede comprobar como la autora se ha informado de manera exhaustiva sobre la época. Las grandes descripciones (a veces demasiado largas) y la aportación de datos sobre personajes importantes durante la época como pueden ser Beigbeder o Serrano Suñer son fundamentales para que la gente crea que realmente Sira Quiroga quizá existió y los papeles no lo reflejan.

La prosa de la autora es espléndida, tiene una capacidad de escritura alucinante, como de un momento a otro puedes ver las distintas voces narrativas que emplea. Como Sira al principio es muy inocente y, a medida, que va avanzando cada vez se vuelve más dura y decidida. O como Candelaria, la matutera, tiene una voz autoritaria, sin ser mala y es capaz de convencer a cualquiera de lo que hay que hacer; inclusive, Dolores Quiroga que al principio es una mujer de armas tomar y después de la guerra civil se vuelve pequeña y miedosa. Por no hablar de la voz de Beigbeder desde mi punto de vista uno de los mejores personajes reales/ficticios escritos por la autora.

Y ligado con lo anterior comentado, considero que una de los mejores atractivos de la novela es esa mezcla de personajes ficticios y reales. Por un lado, tenemos un total de 4 personajes reales: Beigbeder, Serrano Suñer, Allan Hillgarth y Rosalinda Fox. Esta última me interesa especialmente, porque a medida que leía la novela no podía parar de pensar si realmente era real o inventada por la autora, cuál fue mi sorpresa al enterarme de que era un personaje que realmente vivió durante esa época y fue amante de Juan Luís Beigbeder.

Frente a estos cuatro personajes ficticios nos encontramos con quince inventados por la autora, aunque debo reconocer que en algunos momentos con algunos de estos personajes he llegado a dudar. Por ejemplo, con Marcus Logan o Manuel Da Silva, son personajes tan bien perfilados que supones que en algún momento fueron personas de carne y hueso. Considero que es una de las magias creadas por este tipo de libros históricos.

¿Qué no me ha gustado del libro?

La normalidad no estaba en los días que quedaron atrás: tan sólo se encontraba en aquello que la suerte nos ponía delante cada mañana. […] La normalidad no era más que lo que mi propia voluntad, mi compromiso y mi palabra aceptaran que fueran y, por eso, siempre estaría conmigo. Buscarla en otro sitio o quererla recuperar del ayer no tenía el menor sentido.
Capítulo 49.

Uno de los grandes fallos, desde mi punto de vista, es lo que sucede con muchos libros: la descompensación entre capítulos. Me refiero especialmente a la largura de los capítulos. Yo soy una persona un poco maniática con este tema, me gusta acabar un capítulo entero antes de cerrar el libro. Entonces, me importuna muchísimo venir de un capítulo de cinco minutos de lectura y encontrarte con uno de veinte o treinta minutos y más aún cuando acabas el capítulo y piensas que este podría estar dividido en dos. Para mí, es fundamental que haya una similitud de largura entre capítulos.

Otra de las cosas que he echado en falta es que en la versión Kindle las conversaciones en inglés o portugués no están traducidas. Y me parece un grave error, no por mí que lo entendía, sino por la gente que a lo mejor coge el libro con todo el entusiasmo y no entiende esos idiomas. Quizá un pie a página con esa traducción no estaría de más.

Finalmente, hay un elemento que para mí personalmente se puede eliminar por completo de la historia: el epílogo. Hacía mucho tiempo que no veía un epílogo tan innecesario. De los quince minutos de lectura que dura el capítulo, siete son hablando de Beigbeder, cuatro de Rosalinda y Serrano Suñer, y ya los tres minutos que quedan se reparten entre el padre y la madre de Sira, la propia protagonista y Marcus Logan, para finalmente decirnos que quizá nunca acabaron juntos. ¿Qué necesidad hay de esto? Ninguna.

¿Recomiendo el libro?

, pero solamente si te interesa este periodo histórico un poco. Esto es básicamente porque el contexto en el que viven los personajes es fundamental para la lectura. Sin embargo, si quieres disfrutar de un buen libro de “aventuras” con una pizca de amor este es el adecuado.

 

A lo largo del año que viene, aparecerán en el blog una comparativa de la serie vs. el libro; y, obviamente, la reseña de la continuación: Sira.

 

Una lectora singular

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